Los pollos del Carbonero común Parus major que sobreviven van creciendo, ahora ya empiezan a frecuentar la pista deportiva y yo sigo aumentando la colección de aves en red. Al menos ya han sufrido una baja, aunque sé que solo una minoría de los polluelos llegará a reproducirse el próximo año, da pena ver los restos de un enano que ya era como de la familia; los adultos ya andan asomando la cabeza de nuevo por el agujero, su vida como especie es corta y hay que garantizar la existencia.
El Verdecillo Serinus serinus también ha tenido descendencia por el jardín y sus pollos comienzan a comer las semillas de las hierbas, difíciles de fotografiar entre la vegetación, un poco lejos y con poca luz, pero creo que sirve como testimonio.
Al Verderón común Carduelis chloris aun no le he visto pollos, pero si se ha dejado ver el macho rebuscando por el comedero, los primeros rayos de sol le han dado una tonalidad a la fotografía donde han desaparecido los amarillos verdosos, pero lo veo guapo y os lo pongo.
En un rincón en el que hay plantas aromáticas y algunas otras ornamentales, he plantado este año unas violas, parece que la Issoria lathonia tiene buen radar, se ha dejado ver por primera vez en el jardín y ha estado metida un buen rato entre las violetas.
Un jardín con mariposas, se consigue introduciendo las plantas son nutricias y luego no ha de importar que las orugas se las coman; si son muchas, control manual trasladándolas a otros lugares. Todo tiene un coste y la belleza de una mariposa lo merece.
Para terminar la entrada, una planta a la que tengo mucho aprecio, conocida vulgarmente como Clavel del aire, es una bromelia procedente del continente americano, su nombre, salvo error, es Tillandsia bergeri y vive autónomamente, no necesita tierra, ni es parásita de otros vegetales, se conforma con el polvo, restos de insectos y la lluvia que le cae. No me he molestado ni en quitar las telas de araña para hacer las fotografías, así se ven los cuidados que necesita.
Si bien en el continente americano se comporta como una plaga, en la región cantábrica se consigue desgajando un trozo de la planta; en la Asturies rural, como en otras comunidades de la cornisa, es fácil de ver colgando a la entrada de las casas y en los hórreos. Para mí es un recordatorio de la emigración histórica de las gentes de estas tierras y un símbolo de la acogida fraternal que tuvimos allende los mares; desgraciadamente, hay demasiado desmemoriado por estas tierras.
El género de las bromelias también me trae al recuerdo una superproducción comercial llamada “Medicine man” o “Los últimos días del edén” que es como se tituló en español; para ser una película al más puro estilo comercial de Hollywood y quedar en la menos de la mitad de lo que se podía decir social y medioambientalmente, no está mal; como introducción a algunos temas puede servir. Por lo menos la palabra bromelia la aprendí viendo la película.