En estos días las hayas tienen
una gran cantidad de de hayucos, entre los apasionados por la abundancia de este fruto se encuentra el Carbonero palustre Parus palustris.
Tiene fama de ser fácil de
observar a baja altura, yo nunca he tenido esa suerte y casi siempre lo veo
sobre los cinco metros; en esta ocasión ha estado posando mucho tiempo, se
comió un par de “fayucos” con toda
tranquilidad sin que le molestase mi presencia. Acercarse más era imposible y
el hueco entre las hojas y las cañas era el que era.
Muestra una conducta similar a otros
páridos, su alimentación es a base de insectos, larvas, semillas y frutos
silvestres. En el otoño, los hayucos juegan un papel muy importante en su
dieta.
Al Carbonero palustre Parus palustris , siempre lo he visto en
torno a los 1200 metros de altitud en bosques de hoja caduca, aunque no lo veo
con frecuencia; en la península Ibérica se distribuye por el norte.