La vieja pomarada, colindante a la vivienda donde pasé el mes de agosto, presentaba un gran número de hoyos, en principio no estaba claro el origen y pensé que podrían ser las aves, sin reflexionar mucho sobre el tema.
El pan duro que se dejaba en la pradera desaparecía por las noches, grandes trozos, imposibles para el número de aves que se veían susceptibles de comer el pan.
Una noche, al bajar una persiana, alguien ve un animal esconderse en las sombras; desde ese momento, descubrimos la solución a los dos misterios y nos llevamos una gran alegría.
El Tejón Meles meles nos acompaño prácticamente todo el mes, llegaba sobre la media noche y recogía su ración de pan duro; alguna de esas noches se le premió con el producto relacionado con su nombre científico, eso nos permitió estar a muy poca distancia y disfrutar de sus evoluciones. Esta claro que ver, no ve gran cosa, lo compensa con un fino oido y un olfato envidiable.
Se le bautizó cariñosamente como el gochín de la huerta y todo el mundo reservó peladuras de frutas, pan…con la ilusión de poder ver, otra noche más, a tan hermoso animal.
Esta claro que la necesidad y la oportunidad, es lo que hace que un animal como este se acerque a los humanos; hemos procurado no llamar la atención de los vecinos y que se mantuviese en la oscuridad.
No he hecho muchas fotografías y son lo que son, me quedo con el placer de su presencia.
Que suerte. La última vez que vi una comadreja me emocioné tanto que olvidé la cámara.
ResponderEliminarAlgunas veces sucede que con la cámara en la mano, te quedas mirando y pierdes el momento. Saludos
EliminarMuy guapo, Miguel!! la mayoría de las veces te los encuentras atropellados y siempre es una gozada verlos vivitos y coleando. Un abrazo
ResponderEliminarUna alegría veraniega, también los veo habitualmente atropellados Un abrazo David
EliminarNo he tenido la suerte de ver ninguno todavía; debe ser una buena experiencia disfrutar de su presencia durante tanto tiempo.
ResponderEliminarSaludos
Espero repetir próximamente, ha sido una buena experiencia. Saludos
Eliminar¡Qué fortuna la tuya! Yo, como Pini, tampoco he tenido la suerte de ver ninguno
ResponderEliminarTodo llega. Saludos
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